Por muchos años nos han hecho creer que hay que tenerle miedo al proceso de selección de personal, que hay buscar las preguntas y respuestas correctas en internet, preguntarle al amigo psicólogo cómo hay que dibujar, cómo ir vestido, cómo armar el CV, si se coloca o no la foto, etc.
Todas estas interrogantes son las que se hacen los postulantes, aquellos que están buscando una oportunidad laboral con o sin experiencia. Y es que el miedo al proceso de selección, aparece con mayor o menor frecuencia e incidencia según cada persona; esto dependerá de la situación actual del candidato y del entorno. Finalmente, en mayor o menor medida, todos estarán siempre afectados.
Pero todos hemos olvidado que ese mismo miedo de no poder encontrar el trabajo ideal también lo tiene la empresa. El miedo de no poder encontrar al candidato ideal, aquella persona que desea que trabaje para ella y no para la competencia.
Es cierto, es una empresa y quizás tenga los recursos para “equivocarse” al elegir, pero no querrá hacerlo. Las empresas también se cuestionan: ¿Este candidato encajará en la cultura de la empresa?, ¿Encajará en la sub cultura del área o con el tipo de liderazgo del líder?, ¿Vamos a estar a la altura de sus expectativas?, ¿Vamos a poder desarrollar sus habilidades?, ¿Logrará sus objetivos con nosotros?
Es por ello que como candidatos o potenciales candidatos debemos hacer un alto y reflexionar sobre esta situación, en donde de alguna manera, la sociedad ha endiosado, maravillado, colocado en un altar y en condiciones inalcanzables a los procesos de selección y a aquellos que lideran este proceso, como psicólogos, administradores, ingenieros, jefes, gerentes o a todos aquellos que tienen supuestamente el poder de elegirnos, como cuando nos reuníamos a jugar y el juego obligaba a que nos eligieran; si el juego era de 15 personas y éramos 20, entendíamos que 5 de nosotros no íbamos a ser elegidos, quizá elegían a 2 más de mantequilla y 3 eran completamente rechazados para ese juego y los próximos, porque siempre era la misma persona que elegía.
Nos enseñaron que el poder lo tiene el que está a cargo del proceso de selección, cuando en realidad, el verdadero poder está en el que tiene que ser el elegido, en el candidato, pues es el que debe elegir a qué empresa desea pertenecer, evaluando si esta le va a permitir desarrollarse y contribuir con el propósito que tiene para su vida.
Es por ello que debemos tomar mayor participación del proceso de selección, no solo antes de una convocatoria, sino desde siempre; dedicando tiempo a especializarse, conociendo las problemáticas actuales, cuánto se conoce del rubro de interés, cuántas empresas de ese rubro se conoce, conociendo nuestras fortalezas, áreas de mejoras, objetivos, propósito de vida, lo que me hace feliz, etc.
Tengamos en cuenta que cuando un headhunter invita a algún candidato a participar de algún proceso, es porque sabe que es un candidato potencial, porque lo conoce, lo ha estudiado, sobresale del resto y su cliente lo quiere a como dé lugar. Y esto se da porque ese candidato, a pesar que no estuvo buscando un empleo, tiene mayores posibilidades de conseguir un trabajo que el resto, incluso de aquellos que envían su CV todos los días. Esto se da porque de alguna manera comprendió que el desarrollarse de manera integral, le otorgará mayores probabilidades en los procesos de selección. Este tipo de profesionales son los más buscados.
Es necesario hacerse responsable del desarrollo integral de uno mismo y dejar de culpar al resto de nuestra mala suerte, porque cuando des estos pasos, verás que el miedo a los procesos de selección irá disminuyendo.
No comments